Serie de los desktops

Encender el ordenador. Esperar. Espera otra vez. Se escucha la melodía insípida y breve. Espera otra vez. Sucesión de colores, la imagen de fondo está ahí... luego tenemos la mano. No demasiado pronto. La máquina se ha arrancado del limbo: "depende de ti". Leemos sus correos electrónicos, consultamos, tiramos a la basura. Fijamos para más tarde, separamos clips y luego echamos un vistazo a lo social. Sentimiento de pertenencia o de exclusión: torrentes en los que se intenta mantener el rumbo o simplemente mantenerse a flote. Dejamos todo, a veces inesperadamente. Y ahí está, este escritorio con sus íconos y fondo de pantalla. Hay una imagen bien escogida o nada, el gris neutro del 18% de aburrimiento de Eastman. Pienso en la fotografía en general y en mi creciente deseo de fotografiar nada. Porque mis retratos en general no muestran personas sino que revelan y nos revelan lo que son a través de su entorno de trabajo. Desde 2014 visito a amigos artistas, investigadores, escritores, empleados y los fotografío. Me tomo el tiempo, me siento, tomamos café, charlamos. Cada momento es único y muchas veces me hace descubrir maravillosos arreglos.